En primer lugar conviene explicar que recibe el nombre de flotante porque en su instalación se unen las láminas entre sí sobre un aislante y nunca al suelo. De esta manera evita el crujido al pisar sobre él. Las lamas son de poco grosor por lo que la altura del suelo sube muy poco.
Se hallan dos tipo de parquet flotante: el parquet flotante de madera natural y el parquet flotante laminado.
El parquet flotante de madera natural se coloca de dos formas distintas, ya sea por el sistema tradicional de macho y hembra (machihembrado) o el sistema de clic, (como si se tratara de un puzzle), el cual resulta más rápido de colocar y no precisa el uso de la cola. Este sistema permite la instalación de la loma en cualquier sentido.
Lo más característico de la madera flotante es que no se pega al suelo sino que se apoya sobre una membrana de neopreno. Para ello es imprescindible que la superficie esté lisa, limpia, carente de humedad y dura. Este tipo de tarima no precisa de un acabado a posteriori ya que las lomas vienen terminadas perfectamente de la misma fábrica. Otra de sus características importantes es que el parquet está compuesto de tres paneles de madera noble de 2 a 4 mm de espesor, encoladas entre si, más unas capas de barniz, el cual la protege y hace más resistente al desgaste.
Es importante tener en cuenta que no conviene instalar este tipo de parquet en zonas o lugares de la vivienda donde se aprecie mucha humedad, por la, ya de sobra conocida, incompatibilidad entre el agua y la madera. Es por ello que se deben extremar las precauciones en el mantenimiento cuando se coloque este parquet en baños y cocinas.
Hay cantidad de materiales donde elegir, ya sea por precios, colores o calidad. Entre los más caros se halla la madera tropical por tratarse de la más resistente a la humedad. Dentro del apartado de materiales más económicos se encuentra el roble, haya, cerezo…